Escribe César Fratantoni
El argentino
Luis Pierotti es un hombre clave en la carrera de Gardel. Representó al Zorzal
en el Viejo Continente desde la primera gira (1923) hasta que Gardel termina de
filmar en Europa (diciembre 1932). Durante ese periodo, fue el encargado de
negociar todos los detalles de los contratos. Para eso había que conocer las
clausulas, las trampas, los idiomas. No era una tarea sencilla. Es cierto que
estaba vendiendo algo muy bueno. Pero
también es cierto que los dueños de los teatros europeos al principio tenían dudas,
y ni que hablar la Paramount Pictures. Recordemos que el primer contrato fue
por una sola película. Entonces si la
historia dice que las cosas salieron bien, parte del merito es de este hombre.
Las fotos no
mienten. París, la Cote d’Azul…hasta el Vaticano. Pierotti siempre estaba con
Gardel durante la "etapa francesa", y los historiadores lo llamaron un….“gran amigo”. Pero
terminada la etapa Joinville (ver nota aparte) en diciembre de 1932, Gardel se vuelve a la Argentina, dejando a su
“gran amigo”, que ahora tenía una pareja francesa, en Francia. Y nadie se dio
cuenta que la relación se había cortado para siempre….
Nacido en Buenos
Aires en 1888, Luis Gaspar Pierotti se hace famoso como el excelente representante
de Lola Membrives. Su fuerte era en organizar las giras internacionales de la
Membrives y Gardel, siempre pendiente del ambiente teatral, toma nota y empieza a hacer
preguntas. “¿Alguna chance de que trabajar con Pierotti?” Finalmente Gardel toma
la decisión crucial de contratarlo como asistente de Razzano, para materializar
las oportunidades europeas. Y ofrece pagarle varios viajes a Europa. Pierotti responde
con sus conocimientos y capacidad negociadora, y en los años siguientes es el
negociador y organizador de todas las incursiones del Zorzal por el Viejo
Continente.
Gardel, Guibourg, Pierotti y dos amigos...Paris |
A partir de
1930, Gardel prácticamente se radica en Europa. Esto fortalece la posición de
Pierotti, que pasa a ser parte del “circulo intimo” de
Gardel. Es invitado a las fiestas de Sadie Wakefield en Niza, va con Gardel y
Guibourg cuando visitan Londrés en diciembre 1931 para apoyar a la selección española de futbol.
Una noche, muy
posiblemente en el cabaret tanguero “El Garrón”, conoce a Gisele…Gisele era
francesa, y le gustaban los argentinos. De hecho, había estado casada con un
argentino de apellido Carril, y había tenido un hijo con el. Pierotti la impresiona, y empiezan a hacer
planes de volverse juntos a la Argentina y comprar una linda casa.
La etapa de oro
para la relación Gardel-Pierotti fue 1930-1932. Pero aún en este período, existieron
algunas tensiones. Gardel lo llamaba “viejito”, no tanto por los dos años que
los separaban, sino porque Pierotti era un hombre serio, muy ordenado, que le
costaba adaptarse al despliegue juvenil y los chistes de mal gusto del
cantante. Por su parte, Pierotti se quejó una vez de que le costaba sacar a
Gardel de Niza, donde por un tiempo vivió el “high life” con el matrimonio Wakefield.
Si Pierotti se aguantaba todo, era porque
Gardel le pagaba los viajes desde la Argentina…y el dinero estaba entrando.
Poco antes de
morir, Pierotti le regaló a su empleada algunas carpetas donde están los
números de las giras 1928 y 1929. Dan una idea de como era trabajar con
Pierotti. El arreglo era básicamente el
siguiente: El riesgo empresario era todo
de Gardel, que pagaba los pasajes en barco y los gastos generales. Pierotti se
colocaba en relación de dependencia, como si fuese un guitarrista. Cuando
llegaba la hora de cobrar, se llevaba el 75% del mejor “salario”, el de Carlos Gardel,
y bastante más de lo que se llevaba el Negro Ricardo, de lejos el guitarrista
mejor pago.
El último rol de
Pierotti fue negociar la renovación del contrato con la Paramount para dos
películas más. (luego se agregaría un cortometraje). No sabemos cuanto cobró por hacerlo. Esto se logra a mediados de 1932, dándole
trabajo a Gardel hasta fin de año. Entonces
sucede algo importante. “Melodía de
Arrabal”, la última película del contrato, termina siendo también una de las
últimas películas que la Paramount filmó en Francia, ya que los directivos en
Hollywood no querían seguir con el "experimento Joinville". Gardel, sin nuevas películas en el horizonte,
se vuelve por un tiempo a la Argentina. No volvería a trabajar con Pierotti.
Todo indica que
Gardel no se llevó un buen recuerdo de su “gran amigo” Pierotti. En una carta a
Defino (16 octubre 1934) , le pide ignorar las cartas que le llegaban a Defino de
Pierotti intentando retomar la relación.
¿Motivos?
Las cartas insinúan lo que las prolijas carpetas dejadas por Pierotti
confirman….era un representante eficiente, pero caro. Y no dispuesto a
compartir el riesgo empresario. Vincent Thomas cuenta en su libro que Pierotti se
jactaba de que Gardel le pagó por lo menos 14 viajes a Francia…son cosas que Gardel
seguramente recordaba en 1934. Pero más allá del dinero, Gardel y Pierotti eran
dos personas muy distintas. Iban por distintos carriles... Entonces no debería
sorprender si, para 1932, Gardel ya estaba cansado de este hombre cauteloso.
Se sabe poco de
lo que hizo Pierotti después de los años con Gardel. En su carta, Gardel
menciona los planes de Pierotti con Manuel Romero. La muerte de Gardel
posiblemente lo sorprendió en Francia, ya que ningún medio argentino lo
entrevista. Pero sabemos que en algún momento de los años 30, Pierotti se vuelve a la
Argentina con Gisele y el hijo de ella. Se compran una casona de dos plantas en
Belgrano. Un informe lo ubica trabajando en SADAIC antes de su retiro
definitivo. Quizás fue en ese periodo que logró registrar cinco tangos como
propios. La relación con Gisele termina
mal alrededor de 1938, y la mujer y su hijo se vuelven a Francia, dejándolo
solo. Por eso cuesta creer una historia
que salió de Pierotti de que por motivos familiares viajó a Francia durante la
Guerra, fué confundido por un espía y capturado por los alemanes. Lo único cierto
es que algunas noches se lo veía en el Bar Tribunales de la Calle Corrientes, jugando a la generala con el matrimonio Guibourg y recordando los gloriosos viejos tiempos
en París.
Muy pocos se acordaron de el.
Fuentes: "El Gardel que yo conocí" de Vincent Thomas
Notas en revista "Flash" (1981) de Luis Angel Formento.
Agradezco la asistencia de Martina Iñiguez y Vincent Thomas en la producción de esta nota.
Que buena historia de este gran promotor de artistas. En verdad que no la conocia . Gracias por publicarla.
ReplyDeleteMuy buena investigación y nota, gracias!
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