Un dato interesante de la actualidad es como ha crecido la popularidad
de Carlos Gardel en los últimos tiempos.
Después de décadas sin novedad, hoy
brotan bustos y estatuas de Gardel en todos los rincones del país. Buenos
Aires, Rosario, Mar del Plata. La lista
es larga. Pero ninguna es tan famosa y
querida como el Bronce que Sonríe, la mítica
estatua de Manuel Del Llano. Hecha en 1937 y figura central del mausoleo
que guarda los restos del cantante en Chacarita, su similitud con el cantante
es impactante. A tal punto que para muchos la
estatua es Gardel. Los fans la
quieren tanto que le ponen cigarrillos entre los dedos, flores por donde pueden.
En un momento, hasta le cantaban….los calló la frase “anda a cantarle a Gardel”… Lo curioso es lo poco que se sabe de la
estatua, o del mausoleo. Un libro escrito por Amado Defino, apoderado de Gardel
y el impulsor del mausoleo, sigue siendo la principal fuente.
Por suerte Alberto De Llano, único hijo del ya fallecido escultor, reside en
Los Angeles donde da clases de tango. Con su colaboración, MUNDO GARDELIANO puede
ofrecerles en exclusiva la historia de esta fascinante estatua.
La historia conocida es que luego de
la tragedia de Medellín en 1935, durante unos meses Gardel estuvo enterrado en
el Cementerio Museo de San Pedro, Colombia. Luego, finalizando 1935, su
apoderado Amado Defino hizo un viaje a Colombia y Nueva York para arreglar las
cuentas pendientes, y traer el cuerpo y las pertenencias de Gardel a la
Argentina. Fue un acto clave, ya que en ese momento distintos amigos del
cantante querían enterrarlo en el Uruguay o
Nueva York. Las fotos y la filmación del arribo en Buenos
Aires de los restos son famosas, así como las fotos del velatorio en el Luna
Park y la multitudinaria procesión funeraria hasta el Panteón de los Artistas.
Pero, curiosamente al igual que con
Rudolph Valentino, todo este interés público por Gardel no se traducía en apoyo financiero para los organizadores del entierro
y la creación de un monumento para recordarlo.
Para el proyecto del mausoleo,
Defino y Doña Berta tenían como principal aliado a Francisco Canaro, y ¿la
verdad? Muy pocas personas más. Se formó
una Comisión Pro-Monumento que intentó recaudar
fondos con un evento y una colecta. A Canaro la Municipalidad le prohibió pedir
dinero por radio, y una colecta tuvo que ser interrumpida por culpa de las
malas lenguas. El resultado fue que los fondos nunca alcanzaron y la historia
dice que de los 19 345 pesos que salió todo, solo se habían recaudado 4 975
pesos (el 26%) y el resto (14 369 pesos) tuvo que ponerlos la madre de Gardel.
¿La famosa estatua? Tres artistas compitieron por el trabajo, y ganó el joven marplatense Manuel De Llano, que presentó dos maquetas. Con sus amigos tangueros Aniceto Rossi y Tita Merello, empezaron a trabajar en un pequeño estudio que tenían cerca de Constitución. Con dificultad compraron los primeros materiales, y necesitaron de un adelanto de los organizadores para seguir. El trabajo duró ocho meses, en los que se reunían todas las mañanas a comer unas naranjas que traía Rossi de la zona de Wilde donde vivía, y unas flautas francesas que aportaba Tita Merello de una panadería. Mientras trabajan, comían lo que tenían y tomaban mate. Para la estatua de la mujer con la lira, Tita Merello fue la modelo. Para la estatua de Gardel, el esculptor tuvo que trabajar con las fotos que tenía. Es por eso llamativo el parecido a Gardel que se logró. En su libro, Defino habla de una “ayuda desinteresada” pero Alberto De Llano recuerda que su padre recibió suficiente dinero como para casarse.
Una vez terminadas, las dos estatuas fueron trasladadas al cementerio en dos cajas y colocadas en el flamante mausoleo cuyas paredes blancas estaban libres de las placas que poco después empezaron a aparecer y que hoy son tantas que le dan al mausoleo un aspecto grotesco. Las fotos, en exclusiva, son del mausoleo y de la ceremonia de inauguración.
7 de noviembre 1937. Ante unas trescientas personas, y con la presencia de Defino, Doña Berta, y los miembros de la Comisión, Francisco Canaro tiró de la cuerda de un artefacto que a su vez retiró el velo y dejó las dos estatuas al descubierto por primera vez. Vemos las fotos del flamante mausoleo, y la ceremonia de 1937.
Todo listo... |
7 Nov 1937. Con Defino al lado, Canaro tira de la cuerda.... |
y las estatuas hacen su debut público |
En los años siguientes, gente
extraña que no tenía nada que ver con Defino o la Comisión armaron un negocio alrededor de la colocación de
placas en un lugar que en teoría era privado. También empezaron los primeros
robos de los objetos de la bóveda, a tal punto que Manuel De Llano, que como colaborador
de Defino tenía una llave, prefirió
entregarla para evitar problemas.
Durante varias décadas, el mausoleo era
prácticamente el único monumento a Gardel en toda la República Argentina. Esto en línea con lo que sucede en otras
partes, donde los monumentos a los artistas son raros. Medellín toma la posta en 1968, con una
hermosa estatua en el barrio de Manrique. Recién
en 1975 aparece una estatua de Gardel en Rosario, parecida al bronce de
Chacarita. Luego pasa algo extraño. En
una especie de histeria colectiva, aparecen estatuas y monumentos a Gardel por
toda la Argentina, y otras Republicas también. No esta claro si son homenajes al cantante,
al personaje de la Paramount, o al éxito internacional que tuvo. Mientras tanto, la estatua de De Llano sigue
sonriendo.
Estas notas me ayudan a mejorar mis conocimientos, gracias
ReplyDeleteExiste una hija del escultor, la señora Prof. Aymará de LLano, que hasta hace unos años residía en Mar del Plata.
ReplyDeleteElla me facilitó información para mi libro "La última esquina de Carlos Gardel", que Enrique Espina Rawson tuvo la gentileza de prologar.
Saludos
Oscar De Masi