En línea
con el bajísimo perfil que ha tenido este museo en casi toda su historia, el 11
de diciembre de 2019 se cumplieron
veinte años desde su inauguración en 1999 y la fecha pasó totalmente
desapercibida. No hubo festejos, menciones…..nada. Lo único relacionado que
interesó a la Intendencia fue la entrega de los “Premios Gardel” en el Club
Tacuarembó. Increíblemente, su fundador Carlos Arezo
Posada, que todavía vive y tiene un cargo
en el area de cultura de la Intendencia de Tacuarembó, no recordó el hecho en su página de Facebook. Y vale la pena mencionar que hace mucho tiempo que tampoco mencionan el museo
el puñado de militantes del “gardel uruguayo” que todavía están activos y tienen perfil en
Facebook.
La
aparición de este museo en 1999 fue de alguna manera un hecho importante para
el tema Gardel. Recordemos esa época. Era
un momento en que la Argentina por fin estaba oficialmente tratando de explotar
el tango como algo que podía atraer turistas de todo el mundo. Uruguay también
estaba pensando lo mismo, cuando el Director de Cultura de la Intendencia de
Tacuarembó Arezo Posada se pone en acción y, a través de la Fundación Carlos
Gardel, logra convencer a la intendencia
de usar un edificio público para albergar un museo dedicado a Gardel. El
razonamiento era impecable. Tacuarembó necesitaba turistas, y tenía que
agarrarse de algo para atraerlos. No tenía mucha historia tanguera pero….varios
documentos de Gardel decían NACIDO EN TACUAREMBO, y eso lo sabía todo el
ambiente gardeliano. Piensen lo que piensen algunos, Tacuarembó estaba
conectada con la leyenda gardeliana a través de esos documentos. Y eso había
que explotarlo.
La gente de
Tacuarembó podía haber intentado- evitando polémicas- crear el mejor museo
sobre Gardel sobre la tierra para después hablar. O sencillamente posicionarse en el ámbito
gardeliano con un museo modesto y una postura neutral mientras que ciertos investigadores
financiados por ellos intentaban juntar la incontrastable evidencia (para
ellos) de un nacimiento en tierra
uruguaya.
No hicieron
ni una ni otra cosa. Optaron por llenar
el museo con pancartas que publicitaban
un Gardel nacido en la localidad,
dejando en segundo lugar toda la rica historia de Gardel. Veinte años después, es un museo que
prácticamente no tiene cosas originales vinculadas a Gardel. No hubo un intento
de destinar un presupuesto para comprar una colección gardeliana que fuese
digna de un viaje a Tacuarembó. Prueba de ello es la ausencia de gente del
museo en el remate de algunas cartas escritas por Gardel, y que se remataron en
Montevideo en el 2017. En fin, todo
quedo en un esfuerzo propagandístico localista de bajo costo que generó el
interés y bastantes visitas de los uruguayos,
pero casi nada de proyección internacional. Los reviews en el sitio americano
de turismo Tripadvisor son elocuentes.
Apenas
inaugurado, esta estrategia del museo inmediatamente generó cierto rechazo y un
especie de boicot de los gardelianos argentinos, pero tuvieron que pasar varios
años para que aparezca una respuesta más contundente. En el
2003 en Buenos Aires se hace un
simposio con el titulo ¿Quién es Gardel? Organizado por el entonces flamante
Centro de Estudios Gardelianos, un grupo de académicos gardelianos interesados
en defender la postura histórica de que Gardel había nacido en Francia. Este
grupo consiguió la personería jurídica en Argentina, y logro con éxito hacer
lobby para que el gobierno uruguayo y otros organismos oficiales uruguayos se
mantengan alejados de la controversia que había generado la ofensiva de
Tacuarembó.
El tema es
que, con la inauguración como Museo de Jean Jaures 735, la casa histórica de
Gardel en Buenos Aires, y un cierto
renacimiento del interés por Gardel en Argentina y finalmente en Francia, las
ambiciones gardelianas de Tacuarembó parecieron congelarse, y llegamos así hasta hoy. El museo no tiene un espacio online propio,
su administración mantiene el bajísimo perfil,
y el puñado de personas que militan a favor del museo y del Gardel uruguayo
en las redes sociales no parecen tener buena relación con el museo.
Especialmente en los últimos años. El énfasis fue discutir el origen de Gardel
en las redes, hasta que terminaron cansando tanto a los gardelianos ya están prácticamente
excluidos de los espacios gardelianos mas nuevos.
La realidad 2020 es que muchas ciudades usan
museos para atraer visitas. Y la gente juzga a los museos por los artefactos y
las cosas interesantes que tienen, no por otra cosa. Como el Museo Salvador Dali
de St Petersburg, Florida o el Museo Walt Disney de San Francisco demuestran,
no es necesario que haya un vínculo histórico entre la temática y el lugar donde se ubica el museo. La verdad hoy es que la figura de Gardel
sigue necesitando de instituciones que estén dispuestas a promocionarlo y
defender su legado. Una institución que invierta en Gardel desde Tacuarembó o
cualquier otra parte es bienvenida y realmente puede convertirse en un éxito. Pero hay que pensar bien la estrategia.
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