Pasados casi doce años, intentaré un
relevamiento de lo actuado por el CEG en relación a la tumba de Carlos y Berta
Gardes.
1) El CEG logró
que el PE Nacional declarara la bóveda como Sepulcro Histórico, lo que colocaba
a Gardel en un plano de consideración y mérito semejante al de las figuras
forjadoras de la nacionalidad. Al colocar este sepulcro bajo la tutela de la
Comisión Nacional de Monumentos se obtuvo-siquiera en teoría- desde la
eximición de impuestos futuros hasta la protección física del bien tutelado.
Similar disposición, dentro de su órbita, otorgó al sepulcro la Ciudad de
Buenos Aires. Previo a esto, abonamos la
deuda atrasada por tasas e impuestos de varios años pendiente de pago, de la cual,
naturalmente, nadie se había hecho cargo.
2) Inmediatamente, y por medio de sponsors que nosotros aportamos, se
realizó la primera puesta en valor integral del sepulcro, que fue reinagurado
en acto público, con la presencia del Director General de Cementerios, Dr.
Norberto Pan, autoridades y amigos.
3) Cuando años después, se produjeron algunos deterioros en el interior
de la bóveda (humedades localizadas en muros) a causa de intensas lluvias,
hicimos las gestiones correspondientes con las autoridades del Cementerio para
lograr su reparación. Luego de algunas dilaciones por cambio de jurisdicciones
administrativas, finalmente se realizó con equipos técnicos del Ministerio de
Espacios Públicos.
4) En el interín, algunas personas, mediante campañas de Internet (medio
que hemos abandonado hace tiempo) interfirieron en nuestras gestiones,
denunciando desde robos en el interior de la bóveda (incluído el llamado
“poncho de Gardel”) hasta el “deplorable estado de abandono” de la misma. A tal
fin, no dudaron en violentar cerraduras- hecho denunciado por nosotros en
varias oportunidades- y recurrir a autoridades que, quizás desinformadas,
dieron algún crédito a sus reclamos.
5) Estos grupos de presión
se amparan en una vocinglera demagogia populista, esto es, que la bóveda de
Gardel debe estar abierta al público. Este inaudito presupuesto es rechazado
completamente por nosotros. No existe ningún reclamo similar con ninguna
bóveda. Ningún peronista exige penetrar en la bóveda de Perón o de Evita,
ningún radical ha protestado por no ingresar en la de Hipólito Yrigoyen y así
con cualquier personaje venerado por el pueblo que se nos pueda ocurrir.
Podríamos agregar otras muy bien fundadas razones, pero creemos que esta sola
razón es suficiente por si misma.

6) Ante todos estos sucesos, y hartos de esta lucha desigual, en la cual son
amparados y consentidos los que violan la ley y las normas éticas, decidimos renunciar
a la tenencia de la bóveda. Nos proponíamos que la Ciudad de Buenos Aires se
hiciera cargo de la misma, como un gesto de reconocimiento y afecto a Carlos
Gardel. No fue así desgraciadamente.
7) En cambio, se designó como
tenedora de la bóveda a la Sra. Nuria Cortada de Fortuny, en su carácter de
“heredera de Carlos Gardel”. Damos por supuesto que esta señora, (no sabemos si
espontáneamente o por influencia de terceros) debe haber presentado una
solicitud al respecto. Ante esta falacia, el CEG recurrió inmediatamente la
medida, al día de hoy sin respuesta.
Aún el más ignorante en estos temas sabe que la única heredera de Gardel
fue su madre, doña Berta. ¿Cómo es posible que esta señora se declare-si es que
lo hizo- “heredera de Gardel”?
Veremos:
a) Los bienes de Gardel, a su muerte, pasan a posesión de doña Berta
Gardes como “su única heredera” según el testamento de Gardel.
b) Al fallecimiento de esta, y por disposición testamentaria los bienes
quedan en posesión de don Armando Defino, amigo, apoderado y albacea
testamentario de Gardel.
c) Al
fallecimiento de este, todo queda en manos de su viuda, doña Adela Blasco de
Defino.
d)
Al fallecer doña Adela (no sabemos si hizo testamento) todos estos bienes
quedan en poder de una persona de su íntima relación, la Sra. Nuria de Fortuny
de Cortada, odontóloga, española de origen. Esta señora no encuentra mejor
procedimiento para resguardar los documentos, cartas, etc. de Gardel y su madre
(más todas las cartas de Defino a Gardel) que embalarlos en una gran maleta y
enviarlos a una quinta de su propiedad en Córdoba. Cuando ella fallece, sus
hijas, antes de vender esta propiedad, encuentran esta maleta en la casa con
un casi despectivo rótulo: “COSAS DE
GARDEL”.
d) Parte de esta colección es expuesta en un hotel de Buenos Aires por
la familia Cortada. Al trabar relación con nosotros, se accede conjuntamente a
la edición de un libro “ARCHIVO GARDEL- COLECCIÓN GARDEL-DEFINO”, con redacción
mía, y diagramación del Sr. Alfredo
Echaniz, esposo o compañero de quien ahora aparece como “heredera de Gardel”.
Este libro fue presentado en el Salón Dorado de la Legislatura de la Ciudad de
Buenos Aires.
e) Como corolario, agrego que si algo pudiera dar pábulo a la
verosimilitud del título de heredera invocado, sería la posesión de la herencia
en cuestión. Pero tampoco es así. En efecto: todo lo que constituía esta
herencia fue vendido casi inmediatamente (poseemos el acta notarial del inventario
y el contrato de venta) por la Sra. Nuria y su hermana. Afortunadamente, y por
azarosos caminos, hoy nosotros poseemos todos estas inapreciables reliquias, y
no por ello nos consideramos “herederos de Gardel”. f)
En definitiva, las autoridades pueden nombrar a quien consideren apto para la
custodia del monumento pero, en este caso, tenemos el derecho a oponernos dada
la falsedad del título invocado.
Enrique Espina Rawson
- Presidente del CEG
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ReplyDeleteEl Sr Alfredo Echaniz, esposo de Nuria de Fortuny, legítima heredera de Carlos Gardel, le responde a Enrique Espina Rawson_
ReplyDeletehttps://mundogardeliano.blogspot.com/p/tema-boveda-respuesta-del-sr-echaniz.html
FIN DEL MISTERIO!!!!
ReplyDeleteUN MENSAJE FUNDIDO EN BRONCE
https://youtu.be/fepkG3cuSVg
ASÍ BURLÓ EL ESCULTOR MANUEL DE LLANO A LOS QUE TRAICIONARON A GARDEL PARA QUEDARSE CON SU HERENCIA.
Dos veces al año, el 24 de junio y el 11 de diciembre, gardelianos de diferentes rincones del mundo rinden homenaje a Carlos Gardel al pie del Mausoleo que guarda sus restos y los de Bertha Gardes, su madre de crianza.
Algunos de ellos saben que Manuel de Llano fue el creador del “Bronce que sonríe”, la gloriosa estatua de Gardel que domina el mausoleo en Chacarita y prácticamente ha tomado vida propia. Muchos menos son los que saben que en realidad Manuel de Llano estuvo encargado de diseñar el mausoleo entero, ya que era el hombre que representaba a la "Comisión de Homenaje a Gardel" formada en 1935 frente a la empresa constructora contratada. También es el autor de la otra estatua, la mujer con el arpa, y de dos de las placas más bonitas y emblemáticas, las que Doña Berta y Armando Defino le dedicaron al artista fallecido.
Conclusión: Podríamos decir que el mausoleo entero, inaugurado en diciembre de 1937, es la obra de Manuel de Llano.
Lo sorprendente es que a partir de ahí Manuel de Llano desaparece de la memoria gardeliana, a pesar de que en Mar del Plata llegó a ser muy conocido y siguió viviendo hasta 1994.
Alberto de Llano, hijo de Manuel, en entrevista que le fuera realizada en Los Angeles, California, mencionó haber podido ingresar solo una vez a la bóveda siendo niño porque un día, alrededor de 1953, su padre volvió muy enojado de una reunión de la Comisión pro- Mausoleo, después de haberles entregado la copia de la llave del Mausoleo que le había pertenecido hasta ese momento.
Agregó que jamás su padre recibió algún reconocimiento por la estatua, ni a nadie le importó quien la había hecho.
Su trabajo nunca tuvo reconocimiento público, ni fue entrevistado o reporteado
Cabe suponer que “el escaso conocimiento acerca del escultor marplatense de las dos principales piezas escultóricas que configuran el núcleo monumental del sepulcro”, cuyo nombre apenas si se menciona, está directamente relacionado con el MENSAJE SUBLIMINAL FUNDIDO EN BRONCE que el genial escultor colocó entre los dedos de la mano derecha de Carlos Gardel.
Los artífices del FRAUDE GARDELIANO no le perdonaron nunca que con ese mensaje tallado en mármol Manuel De Llano haya conectado a Carlos Gardel con su tierra natal, Tacuarembó.
Manuel De Llano, testigo de las dudas generadas inmediatamente después de la muerte del cantor sobre su verdadera filiación, se dio cuenta de que se estaba realizando una suplantación de persona y se permitió burlarse de la maniobra fraudulenta de Armando Defino colocando, entre los dedos de la mano derecha de la estatua, una cinta con un dibujo característico de los pueblos charrúas y una medalla en la que se distingue el perfil de un indio, símbolo de un pueblo que en sus actuaciones deportivas internacionales se identifica como charrúa.