En los
últimos meses, la posición de los coleccionistas ha aparecido en varias
discusiones sobre Carlos Gardel. Sinceramente, no tienen muy buena fama. Se los
acusa de muchas cosas, entre ellas la falta de generosidad con el Museo Casa Carlos
Gardel, y no hacer público el videoclip de “ El Quinielero”. En todos los casos, parece haber un choque
entre un supuesto “interés público” que quiere tener acceso a todo lo
relacionado con Gardel sin mayores costos, y estos individuos que- amparados
por el régimen de propiedad privada- se lo impiden. Para aclarar un poco las cosas, hacemos este
informe:
CONTEXTO
Han pasado
demasiados años desde 1935. En un mundo sin coleccionistas de Gardel, a
excepción de las cosas que por algún
interés comercial se volvieron que editar (los discos y las películas),
prácticamente no quedaría nada de su paso por este mundo. Ni cartas, ni fotos, ni posters, ni bombita
que usaba para tomar el mate. Esas
cosas hubiesen desaparecido, como ha desaparecido toda evidencia material de las miles de personas que eran conocidas y
tenían muy buena posición hace cien años pero no dejaron fans ni una familia
devota a su memoria.
Entonces se
puede decir que el rol de los coleccionistas ha sido positivo, al contrarrestar
un poco la tendencia natural hacia la perdida y el olvido.
En el caso
particular de Gardel, recordemos además que el rol de las instituciones ha sido
históricamente pobre. Las dos instituciones privadas (El Instituto de Estudios del Teatro, y
la Casa del Teatro) que recibieron algunos recuerdos de Gardel de manos de la
familia Defino en líneas generales los preservan, algo que habla bien de ellas.
Pero,con otros temas requiriendo su
atención, hasta ahí llegaron. En
Argentina, al igual que en otras partes del mundo, existe la idea de que la
memoria de un artista es una cuestión privada. Después de todo, el dinero que generó su obra
también siempre fue una cuestión privada….. entonces el afán de algunos
coleccionistas de buscar soluciones estatistas a un problema del ámbito privado
ha sido una pérdida de tiempo en el mejor de los casos, una pérdida de valioso
patrimonio en el peor. Cuantas cosas donadas al sector público se han perdido….
La
situación general hoy en el caso de Gardel es la siguiente. Toda su discografía fué editada en distintos
formatos a través de los años, y sus películas también, aunque sin restaurar. Solo quedarían sin editar las películas
perdidas, una copia de aceptable calidad de
“Espérame”, el corto “El Quinelero”, y
–solo para fanáticos- versiones de prueba de algunos temas.
Por eso,
podemos decir que la relación entre la obra de Gardel y el
público en general esta consolidada y el rol de los coleccionistas es de alguna manera marginal.
No se justificaría legislación contra ellos.
¿Qué tienen
los coleccionistas? Algunos tienen casi
todos los discos de pasta originales, y algunos de prueba.
Fotos originales, posters, copias de contratos, las correspondencia
entre Gardel a su novia Isabel. Recortes de artículos importantes que salieron en la
prensa del mundo. Los mas ambiciosos llegaron
a conseguir copias en 16mm de las películas y un puñado de pertenencias que
históricamente pertenecieron a Gardel. Todas
cosas lindas, pero como señalamos en un artículo anterior, el rol de ellos en
esta historia es realmente marginal. Si parece más importante de lo que es, es por
la ausencia de las instituciones.
La
situación legal de los coleccionistas
El tema de
los copyright y “los derechos” que aparece tanto en la prensa
norteamericana confunde un poco a los
gardelianos. Esos son derechos relacionados estrechamente con la persona y sus
herederos, para premiar y hacer rentable su actividad creativa. En el caso específico de Gardel, por los
años transcurridos, no hay que pagar tributo a nadie. Los beneficiarios de esos derechos estan todos
muertos y se vencieron los plazos legales.
Queda por verse si la Paramount
hizo el tramite para renovar sus
derechos a las películas, es el único tema pendiente.
Otra manera
de ver esto es que los coleccionistas no pueden adquirir derechos especiales
sobre Gardel, solo tienen los derechos que les da el régimen de propiedad
privada. Pueden usar, transformar, hacer
copias de sus cosas para los amigos…..son los dueños.
Si quieren
hacer dinero con su propiedad, tienen dos maneras. Un derecho importante que tienen es el "derecho
de exhibición". Es posible organizar una
muestra, y cobrar una entrada para verla.
Sino,
tienen la posibilidad de utilizar todo el poder que legalmente tienen al ser
dueños de algo, para cobrar una suma fija por la utilización de su propiedad en
un emprendimiento comercial relacionado.
Que quede claro que, salvo que tengan tanto poder como para ganarse una
participación por contrato privado, normalmente una vez que abren la mano en el contexto de una transacción, se tienen que olvidar de ganancias futuras.
Situación
2017
El interés
por Gardel se mantiene intacto en gran parte del mundo, pero en Argentina- todavía el epicentro
gardeliano- esta francamente en baja.
Una prueba contundente de ello es el poco interés que tiene una editorial
especializada como Corregidor en editar nuevos libros sobre el tema. ¿Por qué?
Estamos hablando de un país cuyo pueblo apostó de manera terminante por el
rock, y que además esta en crisis. La falta de seguridad y la corrupción en las instituciones complica cualquier proyecto.
El correlato de todo esto es que
no hay mucho mercado para Gardel en Argentina.
Los coleccionistas que quieran hacer algo con sus colecciones, desde vender cosas hasta
organizar ediciones y muestras, tienen que aceptar esta realidad y
empezar a estrechar lazos con gente de otros países. No les queda otra.
Gran articulo, me siento identificado por esos que sacan sus antorchas para exigir que materiales inéditos dejen de serlos como el corto de "El Quinielero", hombre yo entiendo que es genial sentir tener un tesoro en casa y se que estos saben que en el momento en que se difunda una copia del material perderá su valor inédito y por lo tanto interés en comprar esa joya original (a precio inflado) que tienen guardado en un cofre, pero es injusto que luego de mucho tiempo tengamos que esperar aún mas décadas para que estos tacaños pasen a mejor vida y con esperanza de que sus hijos y nietos les importe poco o nada ese material inédito para que salga a la luz sin mayor problema.
ReplyDeleteLo que es injusto es que gente ccomo vd. quieran todo ese material sin poner nada. El que lo tiene es suyo y tiene todo el derecho de no difundirlo si no le pagan lo que vale. ¿O segun vd. deberia difundirlo gratis?. Si tanto interes tiene, no sea tacaño. Compreselo vd. y difundalo.
DeleteLa era de los coleccionistas término. Ya quedan pocos, y su egoísmo hace que, cuando mueren, su propia familia es la 1ra en tirar todo a la basura. Así en los últimos 30 años se perdió más material original de Gardel que el que actualmente queda. En 10 años más solo quedarán discos de 78 en mal estado.
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