Cuando el
joven Abel Orlando Malvestiti , de Tres Arroyos, aceptó un puesto en la
empresa Gas del Estado durante el gobierno peronista, no sabía que eso
era el primer paso hacia un destino como el abanderado de Carlos Gardel y el
tango en Nueva York.
La historia
es un poco la siguiente…. El joven Malvestiti se hizo fuerte en el sector
“Compras” de Gas del Estado, y en un momento apareció la oportunidad de
trabajar para la empresa desde Nueva York. Recordemos que durante los años de
postguerra “comprar” para una empresa
como Gas del Estado era prácticamente sinónimo de “buscar en Estados Unidos” y
por ende…..en Nueva York, ciudad que por esos años dominaba totalmente la
relación de los Estados Unidos con el mundo.
Al
argentino le gustó Nueva York, y enfrentado con la creciente inestabilidad en
su patria se dio cuenta que había llegado la hora de cambiar de empleador. Con la buena experiencia laboral que tenía,
completó la aplicación para trabajar en el sector “Compras” de las Naciones
Unidas y cuando esta fue aceptada su futuro en Nueva York se selló.
Ya mas
tranquilo laboralmente, pudo dedicarse a las cosas que le gustaban…como el
tango y Gardel. Fue en un festival de tango
en 1973 que conoció a Josephine Adams, quien sería su esposa. Ella era inglesa,
pero durante una estadía en París había conocido el tango y se había metido de
lleno, comprándose un bandoneón. En esos momentos, era una de las muy pocas
mujeres en el mundo que tocaba ese instrumento.
Malvestiti ahora sería su principal impulsor, pero además tenía un sueño
que fue su exito mas recordado. ….crear una organización para promover el tango en
la zona de Nueva York.
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| PAREJA TANGUERA Abel Malvestiti y Josephine Adams |
En
diciembre 1977 debuta la organización, Friends of the Tango, con sede en el
sótano de la casa de Malvestiti en Forest Hills. Hugo del Carril, de paso por la ciudad,
aceptó apadrinar la organización. En 1981, ya tenía personería jurídica y a
mediados de los ochenta tenía casi cuatrocientos “socios” que pagaban una cuota
de $15 al año y se juntaban una vez al mes en un salón para bailar.
La
organización también ayudaba a los interesados si querían saber algo sobre el
tango. En este contexto, Malvestiti conoció al investigador inglés Simon
Collier y aportó imágenes para su famosa biografía sobre Gardel. Incluso la imagen que aparece en la tapa del
libro fue aportada por Malvestiti. El autor, agradecido, la dedicó
un ejemplar cuando lo visitó en 1989.
Un
monumento a Gardel en Queens.
En 1983,
Malvestiti- fanático gardeliano- lanza
la campaña para colocar un monumento a Gardel en el municipio de de Queens. Uno
de sus argumentos era que Gardel era famoso en todo el mundo gracias a las
películas que había filmado en Astoria, parte de ese municipio. Los concejales de Queens vieron el busto de
Gardel como una de las primeras iniciativas municipales de la creciente
población latina, y tuvieron cuidado de no ofender a Malvestiti y su grupo. Aceptaron la solicitud “en principio”, pero eso fue solo el
principio de un proceso burocrático
lleno de resistencias. La verdad
histórica es que en 1992, nueva años después, Malvestiti murió sin ver el proyecto
coronado por el éxito. Otras personas de
su entorno siguieron la lucha, pero al día de hoy el monumento no ha sido
aprobado. Es bueno señalar aquí que los
municipios llamados comúnmente en su conjunto “Nueva York” son posiblemente los mas difíciles de los Estados
Unidos a la hora de inaugurar un monumento. En Manhattan por ejemplo hay muchas
estatuas, pero casi todas inauguradas antes de los setentas. Los municipios como
Queens son algo mas flexibles, pero en una estatua los funcionarios americanos típicamente solo
ven costos y se requiere una tremenda fuerza política para vencer los
obstáculos.
El 11 de diciembre de 2005, varias personas
relacionadas con el proyecto finalmente decidieron realizar la inauguración de
un busto de Gardel en propiedad privada….la casa en Rego Park de Josephine
Adams, viuda de Abel Malvestiti. Fue una
ceremonia sencilla, pero muy emotiva. El
monumento sigue ahí, muy bien cuidado, hasta el día de hoy.
MUNDO GARDELIANO agradece a Luis Larrea su importantisima colaboración en la preparación de esta nota.
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